Ni se compra, ni se vende, ni se alquila

Introducción
La felicidad es un concepto profundamente subjetivo que a menudo se confunde con las emociones superficiales asociadas a ella, como el placer o la alegría. Sin embargo, sus raíces son mucho más profundas. Alcanzar la verdadera felicidad en nuestra realidad tridimensional (3D) es una conquista, ya que la naturaleza artificial de la Matrix 3D tiende a guiarnos en dirección contraria, atrapados en el miedo y la ilusión a través de la mentira.

Imaginemos que la Matrix 3D es un rascacielos gigantesco, donde la felicidad se encuentra en el piso más alto. Nuestra vida transcurre en la planta baja, y el edificio no cuenta con ascensor. Para alcanzar la felicidad, debemos escalar piso por piso, con esfuerzo y evadiendo a las personas interpuestas en nuestro camino, hasta llegar a la cima.

Nirvana y Sansara
En la filosofía oriental, el Nirvana es el estado de conciencia pura, una realidad generada por la armonía y equilibrio en la mente. En contraste, vivimos en el Sansara, el mundo de las apariencias, un mundo ilusorio que nos impide percibir la realidad tal como es.

Este concepto es similar a lo que en Egipto se conoció como el "velo de Isis", que representa filosóficamente el sello de Enki sobre el ADN humano, un obstáculo que nos limita espiritualmente.

Al nacer, nuestra capacidad de percibir la realidad queda restringida, y solo podemos experimentar el mundo a través de nuestros cinco sentidos, sensores bastante primitivos. Para ilustrarlo, pensemos en cómo medimos la corriente eléctrica:

  1. Podemos sentir la electricidad al tocar un enchufe, lo cual nos da una "sensación" del flujo eléctrico, pero es solo una interpretación burda de la realidad.
  2. Si conectamos una lámpara, podemos observar su intensidad, pero nuevamente, esto es una estimación superficial.
  3. Solo un amperímetro digital, con la precisión adecuada, nos da la medida exacta de la corriente.

De manera similar, nuestros sentidos perciben el mundo 3D de forma incompleta y sesgada, lo que distorsiona nuestra interpretación de la realidad. Por eso, es tan difícil alcanzar la verdadera felicidad, que es, en última instancia, un estado mental. Como se describe en el Bhagavad Gita, la iluminación de Arjuna ocurre dentro de una guerra, y esa guerra es la lucha contra la Matrix 3D, que nos atrapa a todos, incluidos sus seguidores.

La Trampa Mental
La mente humana es extraordinariamente poderosa, capaz de crear, una capacidad heredada de nuestro Padre Creador. Sin embargo, este potencial fue limitado por el sello en nuestro ADN.

Esta limitación no impide nuestra capacidad de crear colectivamente, pero sí frena la creación individual. Así nació la Matrix 3D, creada por los Anunnakis para encerrar nuestra conciencia en una frecuencia vibratoria dictada por los pensamientos inducidos por ellos.

Al manipular nuestros pensamientos, logran mantenernos atrapados, trabajando en su beneficio y sosteniendo la estructura artificial de la realidad 3D, convirtiéndonos en esclavos inconscientes de un sistema que nos controla a través de la mente.

El Mercadeo de la Felicidad
De manera astuta, la Matrix ha identificado ciertas características superficiales de la felicidad y las ha vendido como si fueran la felicidad misma. Ejemplos de esto son:

  • El alcohol, que nos ofrece una evasión temporal de la realidad, pero nos deja sumidos en una falsa sensación de liberación, mientras sus efectos perjudiciales nos debilitan.
  • El sexo, que ha sido distorsionado y utilizado para fomentar comportamientos destructivos, como la homosexualidad o la promiscuidad, a menudo facilitados por drogas y alcohol.

El uso del dinero, además, nos obliga a pagar por nuestra existencia en un planeta controlado por un sistema social jerárquico (de castas). Quienes están más avanzados espiritualmente siempre quedan atrapados en la miseria, lo que promueve su corrupción. Por eso, muchas personas atrapadas en la Matrix 3D se enfocan en logros materiales, buscando la felicidad a través de las apariencias.

Sin embargo, esta búsqueda solo lleva a un vacío existencial que los aleja cada vez más de la verdadera felicidad, conduciéndolos hacia la miseria espiritual.

La Felicidad: Un Estado de Conciencia
La verdadera felicidad es un estado de conciencia que debe ser conquistado en medio de la batalla contra el sistema de control 3D, un sistema que también incluye a las personas que lo defienden, lo creen y están dispuestas a morir por él.

La felicidad es una frecuencia que debe alcanzar nuestro nivel de conciencia a través de los pensamientos que procesamos. Solo así nuestra mente podrá percibir la frecuencia del amor, un estado que trasciende las limitaciones de la Matrix 3D.

Para elevar nuestra conciencia por encima de las frecuencias de esta realidad artificial (que se encuentran en los 7.83 Hz de la resonancia Schumann), debemos conocer la verdad, ya que el confinamiento de nuestra conciencia es producto de la mentira.

Cuando logramos elevar nuestra conciencia más allá de los límites de esta Matrix 3D, comenzamos a percibir un mundo completamente diferente. A medida que la frecuencia del amor se intensifica, nos convertimos en seres empáticos que respetan la vida y el equilibrio de todos los ecosistemas.

Finalmente, podemos concluir que acumular bienes materiales y logros superficiales es una trampa que lleva a la miseria espiritual. La felicidad no tiene nada que ver con lo material, por más contradictorio que parezca.

Si logras elevar tu conciencia hacia la frecuencia del amor, alcanzarás un estado mental que te permitirá vivir feliz, independientemente de las circunstancias materiales.