El Holocausto

Un engaño muy bien elaborado
Introducción
La historia oficial nos habla del Holocausto como un genocidio sistemático donde millones de judíos fueron exterminados en campos de concentración. Sin embargo, cuando se analiza desde otra perspectiva, aparecen elementos que rara vez son discutidos: la explotación de los judíos como esclavos para sostener la maquinaria bélica alemana, y la posterior exageración y manipulación del relato como herramienta geopolítica para justificar la creación del Estado de Israel en el Medio Oriente, región estratégica por sus reservas de petróleo.
1. El papel de los judíos en la economía de guerra nazi
Durante la Segunda Guerra Mundial, el Tercer Reich enfrentaba una crisis de mano de obra. Con gran parte de la población masculina en el frente, Alemania necesitaba trabajadores para mantener su industria bélica. Fue en este contexto que los prisioneros judíos, junto con otros grupos perseguidos, fueron convertidos en mano de obra esclava.
- Empresas como IG Farben, Krupp, Siemens y Volkswagen se beneficiaron de este sistema.
- Los judíos trabajaban en condiciones infrahumanas en fábricas de armamento, minas y talleres militares.
- La muerte por hambre, agotamiento y enfermedades era parte del mecanismo de explotación.
En este sentido, más que un plan de exterminio inmediato, la realidad mostraba una explotación planificada para extraer la máxima utilidad del ser humano como recurso productivo.
2. La manipulación del sufrimiento
El final de la guerra trajo consigo una narrativa que elevó la tragedia judía a un nivel absoluto y exclusivo. Si bien millones sufrieron en Europa (polacos, rusos, gitanos, prisioneros de guerra), el sufrimiento judío fue magnificado y colocado en el centro del relato histórico.
- Las cifras fueron presentadas como símbolo de un genocidio único.
- El dolor real se convirtió en un instrumento político.
- Otros sufrimientos, como el de los pueblos eslavos o los bombardeos sobre ciudades civiles, quedaron relegados.
Este énfasis unilateral preparó el terreno para un movimiento geopolítico trascendental: la creación del Estado de Israel.
3. Israel y la llave del petróleo

En 1948, apenas tres años después del fin de la guerra, se estableció Israel en Palestina, con el respaldo de las potencias vencedoras. El argumento central fue el “derecho histórico” del pueblo judío a una patria tras el Holocausto. Sin embargo, detrás de esta justificación moral se escondía una realidad geoestratégica: el control del Medio Oriente y su petróleo.
- El siglo XX había marcado al petróleo como la energía fundamental de la civilización industrial.
- Estados Unidos y Reino Unido necesitaban un enclave seguro en la región para garantizar el flujo de este recurso vital.
- Israel se convirtió en ese enclave, con la justificación de ser un refugio para un pueblo perseguido.
De esta forma, el Holocausto cumplió una función política más allá de su tragedia histórica: servir de argumento para legitimar una reconfiguración del mapa mundial.
4. Israel y la llave del dinero como energía de control
Paralelamente, otro motor de la civilización moderna estaba siendo moldeado: el dinero.
- El control del dinero por familias judías desde el siglo XIX
- El control del dólar a través de la Reserva Federal (FED)
- El dólar, tras los acuerdos de Bretton Woods en 1944, se consolidaba como la moneda de referencia mundial.
- Más adelante, al desligarse del oro en 1971, se transformaría en un dinero inorgánico, sostenido no por respaldo material, sino por el control geopolítico y militar de Estados Unidos.
- El petróleo, como energía material, y el dólar, como energía financiera, se convirtieron en los dos pilares de la hegemonía global.
Conclusión
El Holocausto fue una tragedia humana, pero también un episodio que, visto en perspectiva, sirvió como pieza clave en un ajedrez mayor. Los judíos fueron explotados como esclavos en beneficio de la guerra alemana, y su sufrimiento real fue magnificado y dirigido hacia un fin político: consolidar un enclave estratégico en Medio Oriente para garantizar el control del petróleo. Al mismo tiempo, el sistema financiero mundial avanzaba hacia un modelo de dinero inorgánico, con el dólar como eje central.
Así, el Holocausto no solo marcó la historia del siglo XX en el plano humano, sino que fue también un instrumento de transformación global, donde la energía del petróleo y la energía del dinero se unieron para moldear la civilización moderna bajo los designios de una élite que movía los hilos.