Las estelas químicas, conocidas en inglés como chemtrails, son rastros visibles en la atmósfera, generalmente de color blanco, que son vertidos por aviones comerciales modificados o aeronaves especiales.
Estas estelas contienen diversas sustancias que tienen fines específicos, las cuales están vinculadas a la manipulación climática y la salud humana.
¿Qué sustancias contienen las estelas químicas?
De acuerdo a ciertos análisis realizados, las sustancias presentes en las estelas químicas incluyen:
– Bario
– Aluminio
– Polímeros plásticos microscópicos
– Combustibles mezclados, como JP8 + 100 combinado con 1,2-dibromoetano
– Glóbulos blancos y rojos
– Células de tipo no identificado, disecadas o congeladas e introducidas en fibras plásticas microscópicas
La Fuerza Aérea de los Estados Unidos ha reconocido la liberación de combustible JP8, considerado altamente tóxico, así como el uso de negro de carbón para la modificación del clima. Por su parte, la NASA ha indicado que el negro de carbón puede actuar como núcleo de condensación para el vapor de agua, contribuyendo a la formación de nubes artificiales.
Objetivos atribuidos a las estelas químicas
1. Manipulación climática:
– Las micro partículas plásticas y metálicas vertidas en la atmósfera, contribuyen al aumento de la temperatura, desvaneciendo nubes y provocando sequías.
– La tecnología HAARP se beneficia de estas alteraciones al clima, aumentando su eficiencia.
2. Impactos en la salud humana:
– La liberación de metales pesados como aluminio y bario se asocia con efectos tóxicos para los seres humanos.
– La introducción de químicos tóxicos y virus en las estelas están vinculada a la creación de epidemias, como la del coronavirus, que favorecen el consumo de medicamentos, vacunas y mueven la industria de la salud.
Estos vertidos producen grandes beneficios económicos para las industrias, tanto farmacéutica, como de salud. Además de cumplir con objetivos como la reducción de la población humana, objetivos declarados pu8blicamente por Bill Gates, entre otros, y considerados temas a tratar dentro de las reuniones del club Bilderberg.
3. Uso militar:
– En un estudio de investigación de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos que se publicó en agosto de 1996, siete oficiales militares de los Estados Unidos de América subrayaron cómo la tecnología HAARP y el vertido aéreo de las Estelas Químicas en la atmósfera, permite a las fuerzas Aeroespaciales de Estados Unidos adueñarse del clima.
La modificación del clima es considerada una herramienta bélica. Aunque Estados Unidos y la Unión Soviética firmaron un acuerdo a finales de la década de 1970, en la convención ENMOD, para no utilizar el clima con fines bélicos. Tenemos que recordar que con la caída de la Unión Soviética a finales de la década de 1980, los Estados Unidos iniciaron a utilizarla impunemente con la finalidad de afectar países para derrocar sus gobiernos soberanos.
Fenómenos atmosféricos y su relación con las Estelas Químicas
Eventos climáticos extremos como "El Niño", "La Niña", cambios abruptos de temperatura y condiciones meteorológicas anómalas son producto de la manipulación artificial del clima a través del vertido de las estelas químicas y de la tecnología HAARP1.

Estelas Químicas
Patrones visibles en el cielo
Las estelas químicas a menudo se observan formando patrones específicos, como líneas cruzadas que asemejan un tablero de ajedrez, podemos notar como se desvanecen las nubes a sus alrededores.
Tecnología detrás de las estelas químicas
La tecnología HAARP, basada en conceptos desarrollados por Nikola Tesla a finales del siglo XIX, se menciona como una de las principales herramientas para controlar el clima y amplificar los efectos de las estelas químicas.
Un nuevo ejemplo es el efecto en el aumento de las temperaturas, como el logrado a través del vertido de las micro partículas plásticas en las estelas químicas, por el fenómeno del polvo del Sahara, el cual se produce por el soplado artificial de sus arenas y también se presenta como fenómenos naturales.
1 – La tecnología HAARP fue descubierta por Nikola Tesla alrededor de finales del siglo XIX